La actual Plaza de España de Ferrol tiene su origen en una zona agrícola extramuros de la ciudad, que se urbanizó durante los años 30 debido a las necesidades de expansión por el crecimiento demográfico a causa del desarrollo industrial de la época, y convirtiéndose desde entonces en la salida de la ciudad hacia Madrid.

A principios del siglo XXI sufrió una reforma radical con el soterramiento del tráfico de vehículos y la creación de un parking subterráneo, que sin embargo no fue igual de afortunada en superficie ya que convirtió a la plaza en una zona de paso sobredimensionada, sin coherencia ni relación entre los espacios, en vez de un lugar de encuentro.

Por tanto la tarea encomendada a la UTE PRACE-EXTRACO fue corregir las deficiencias de diseño y funcionamiento que presentaba la plaza, por el cambio de carácter al construir el aparcamiento subterráneo, que priorizaba los accesos y el funcionamiento de este frente al uso peatonal y social de antaño.

Para ello se comenzó modificando las bocas de aparcamiento, reduciendo su anchura en favor de zonas peatonales y permitiendo generar una vía de servicio para el acceso de los equipos de emergencias, que era una de las demandas de los residentes.

En la superficie aunando criterios de continuidad y humanización, se conservan las losas de granito gris de la zona Oeste para remarcar el carácter histórico y el pavimento entre los dos edificios cuadrados, los cuales se han mantenido junto con el edificio de cristal de la superficie. Mientras en el resto de la plaza se completó con un pavimento continuo de hormigón bituminoso rojo tendido sobre el existente de forma que el nuevo parque adquiera un carácter de unidad.

Sobre la totalidad del pavimento se pintaron unas líneas de color con pintura especial antideslizante, siguiendo una forma orgánica ramificada que refuerza el nuevo carácter de parque que se quiere dar a la plaza.

En cuanto al ajardinamiento, la existencia de un aparcamiento y edificio subterráneos, obligó a que las plantaciones se realizasen en soportes, junto al uso de árboles pequeños y elementos arbustivos, ya que en realidad se trataba de actuar sobre la cubierta de un edificio.

Además en los tres grandes soportes que se correspondían con la situación de los huecos de un edificio subterráneo no concluso, se plantaron tres cedros con un sistema de anclaje y un sustrato especial. Y en los extremos nordeste y sudeste se plantaron árboles de porte mediano ya que en estos puntos existe terreno natural en profundidad. Asimismo, se añadieron nuevos elementos a la zona como la construcción de tres pérgolas, fuentes, bancos e iluminación; creando distintos ambientes en el nuevo parque

Con esta actuación esperamos consolidar la zona, dotar a la plaza de un carácter urbano más humanizado, y en la medida de lo posible crear una identidad de parque con nuevas zonas de estar y nuevos recorridos de zonas verdes.